Viaja al pueblo donde su bisabuela nació hace 118 años para enmendar un error arrastrado por generaciones
El influencer argentino Nico Rodríguez regresa a Candeleda, Ávila, para obtener la partida de nacimiento de su bisabuela Victoria, nacida en 1906.
Nico Rodríguez es un creador de contenido argentino a quien un día le dio por rebuscar en su pasado. En su perfil hay rastro de los viajes que ha emprendido a lo largo y ancho del globo, de las aventuras que ha vivido en rincones recónditos y de todo aquello que un viajero lleva en su mochila vital. Sin embargo, quizá su vídeo más especial es el que le ha llevado al municipio de Candeleda, al sur de la sierra de Gredos y en el corazón de la provincia de Ávila.
No tarda en desvelar el motivo. “Me vine al pueblo en España donde nació mi bisabuela hace 118 años. No se le ocurrió nacer en Madrid, Barcelona o Valencia, sino en un pueblito ubicado en medio de las montañas en Castilla y León con solamente 5.000 habitantes", cuenta, revelando la misión que le había llevado allí: “Conseguir su partida de nacimiento”.
Un objetivo inalcanzable y el reencuentro con su pasado
El lío en torno al nacimiento de su bisabuela Victoria se dio hace más de un siglo. “Cuando nació, en 1906, la registraron con un pequeño error que decía que nació en agosto, y cuando se dieron cuenta lo tacharon y pusieron que fue en julio”, explica, achacando a este aparentemente sencillo fallo el motivo por el que su abuelo, como hijo de española, jamás pudo naturalizarse ni optar las posteriores generaciones a una doble ciudadanía.
Me vine al pueblo de mi bisabuela en España🇪🇸
“Entonces es cuando aparezco yo recorriendo las bonitas calles de esta pequeña pero muy linda localidad en busca de corregir ese error y poder tener la partida de nacimiento actualizada. Además de que es la oportunidad para visitar un lugar que claramente está involucrado en mis orígenes”, relata. Se acerca al ayuntamiento y de ahí le derivan al centro municipal de usos múltiples, donde, tras esperar un rato, descubre que tiene que acudir después de la una de la tarde. Para hacer tiempo vuelve a pasear las calles del pueblo y topa con el número 4 de una pequeña calle. “Aquí es donde nació y vivió mi bisabuela en sus primeros años”, descubre, fascinado.
Cuando las manecillas del reloj marcaron la una marchó a la oficina, donde, para su infortunio, todo se zanjó de manera rápida y negativa. “Malas noticias. Me dijeron que yo no lo puedo solicitar porque es hasta segunda generación y que tiene que hacerlo o mi papá o mi abuelo. Por más que esté la partida ahí, no puedo“, cuenta, reponiéndose rápido, con el alma que caracteriza al aventurero: ”Bueno, lo intenté“.
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