Estados Unidos y el más ‘dulce’recuerdo ante Javier Aguirre y México
Sin duda, la rivalidad de Estados Unidos y México es la más grande en Concacaf, pero en el 2002 está se trasladó a la Copa del Mundo de Corea-Japón.
Estados Unidos y México enfrentan su prueba final en la Copa Oro. El partido que todos estaban esperando y a poco menos de un año de que arranque la Copa del Mundo, donde ambos países serán anfitriones, junto con Canadá, que dejó más dudas al final de este torneo.
Javier Aguirre tiene un historial positivo ante el país de las Barras y las Estrellas e incluso ya le ganó en una Copa Oro en aquella aplastante victoria de 5-0 en el 2009, pero su única derrota en un encuentro oficial ante el USMNT, fue una de las más dolorosas en su carrera.
El estratega mexicano tiene un récord de cuatro victorias y dos derrotas. La peor de ellas y quizás el resultado más doloroso en la historia de México fue en el Mundial de Corea-Japón 2002, cuando los estadounidenses se impusieron 2-0 con goles de Brian McBride y Landon Donovan.
El 17 de junio del 2002 no lo borra ni una victoria este domingo en el NRG Stadium, por más que eso signifique ampliar el dominio de México en la Copa Oro, y la segunda para Javier Aguirre a costa de los Estados Unidos.
La ‘noche triste’ de Aguirre ante Estados Unidos
Antes del partido ante Guadalajara, Aguirre aceptó que la derrota que sufrió en Octavos de Final de la Copa Mundial del 2002, es quizás una de las peores en su carrera como director técnico de la selección mexicana.
“La peor derrota de mi carrera quizá sea con los americanos en 2002. Yo he llorado dos veces en el futbol, una de tristeza y otra de alegría y esa noche fue terrorífica, fue de mis peores partidos, peores momentos” reconoció en octubre el técnico de la selección nacional.
No es el único que sufrió aquella noche en el estadio Jeonju, Rafael Márquez, hoy auxiliar de Aguirre en el banquillo de la selección mexicana, también sufrió la frustración e incluso se fue expulsado en aquel encuentro ante los Estados Unidos a los 88 minutos del partido. Hoy pueden ganar un título más, pero la herida de aquel partido será difícil de borrar.
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