Freese es Keylor
Inconmensurable labor del portero del New York City FC, que venció a Keylor Navas en un espectacular duelo de porteros en la tanda de penaltis tras el empate en 90′. El USMNT, a semifinales.


“Hagan lo suyo, que yo me encargo de hacer lo mío”, dijo Keylor Navas a sus compañeros en Brasil 2014, antes de la ronda de penaltis frente a Grecia. Once años después, volvió a cumplir. Siempre lo hace. Pero no contaba la leyenda con que Matt Freese iba a presentarle homenaje en el turno contrario. El combate a guantazos abrochó una tarde cardíaca en Minneapolis entre Estados Unidos y Costa Rica, Pochettino y Miguel Herrera, Freese y Navas, proyecto y esbozos. Un viejo Clásico de la zona, en toda su magnitud. Hubo goles, reyerta, controversia, paradas nostálgicas, y un héroe inesperado. Mimetizado. Pura vida, americanizada.
Apenas ticos y ‘americanos’ medían distancias cuando Arfsten taló a Vargas. Walter López dudó, que no es extraño, pero el VAR salió a su auxilio. Francisco Calvo, curtido a frío extremo en esa misma cancha, disparó fuego amigo. El USMNT no claudicó, pero tampoco aumentó sus prestaciones. El diezmado comando de Pochettino sesteó con pelota hasta que Tillman despegó por la parcela izquierda y Adams imitó a Arfsten. López, quizá fagocitado por el portento guatemalteco, tampoco deliberó con prontitud. Menos mal existe el VAR, que si no. Entre una cosa y otra, el maltrecho Tillman, que segundos antes pedía intervención quirúrgica para amainar el dolor, apuntó a la base del poste derecho. Keylor se aventó en dirección contraria, fiero y lejano. Ocurrió que la euforia le pudo a ‘La Sele’: Tillman volvió a perforar y Diego Luna probó un derechazo. Gamboa atolondró a Keylor, que obra milagros, pero no todos. Un gol tan fortuito como balsámico.
Pochettino ordenó despliegue. El elenco de Herrera seguía en los vestidores cuando Agyemang descargó de espaldas al marco en Tillman, quien atisbó el panorama para el arribo del tren Arfsten. El lateral abrió el pie derecho y envió la pelota a descansar. Ni dos Keylor edición-Real Madrid 2017 desenterraban esa pelota. Pochettino vio sangre y también ordenó KO. Lanzó la pelota Adams, cabeceó Richards a-lo-Ramos y Keylor estiró el brazo derecho para extirpar el gol. Una atajada de premio, de quilates, de nostalgia y anales. El Keylor del Madrid, en pleno, no en simulación. El enredo posterior no fue su culpa: Gamboa pateó a cualquier parte antes de que Agyemang vacunara injustamente al eterno Navas. La vaselina de Arfsten, que cayó en el travesaño, y el zurdazo de Agyemang, corrompido por Vargas, confirmaron que la sangre ya le corría por los torrentes al USMNT. A buena hora. La happy hour.

Y en plena happy hour, mientras más gozaba el ‘Team USA’, Mora hechizó a Arfsten y Luca de la Torre con un amague de corte carioca, impactó a Freese y el perdigón cayó en dominios de Alonso Martínez, poseedor de la pólvora que no tenía su compañero. La pelota terminó en la unión entre redes. Donde las arañas. El bombazo puso fin al momentum del USMNT. La luz se apagó y Pochettino empezó a cortar los cables. Tolkin, McGlynn, Downs. El fondo de armario. Porque no hay más. El movimiento tuvo efectos nulos: Martínez casi prende fuego a la Copa Oro cuando su magistral brochazo de diestra, un efecto de folha seca, reventó el palo del gélido Freese. Pura magia. El arquero no quitó los ojos de la pelota en evidente reverencia. El partido adquirió color a drama: ese borroso tono sepia con el que el corazón hace filtrar la vista. Tillman tiró al bulto ya en la expiación, pero cualquier espectro, quizá Gabelo Conejo, alejó aquel misil malicioso. Los penaltis son la norma en la Copa Oro.
El drama en penaltis
Freese contra Keylor. El duelo a muerte no decepcionó. El estadounidense se hizo grande frente a Vargas y Keylor, que siempre dio una sensación de grandeza imbatible, casi intimidante, se devoró a Tolkin. Tillman se desatascó finalmente. Berhalter marró frente a su padre, el malogrado extimonel. Francisco Calvo quedó congelado ante Freese y Rojas también encontró al inconmensurable guardameta de Pensilvania, de donde es Pulisic, que lo ve en algún lado, creemos. Downs finalizó con la agonía que ya se extendía. Al final de la ciclónica tarde, Freese fue Keylor.
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