Inter Miami quedó eliminado del Mundial de Clubes. El París Saint-Germain endosó un sólido 4-0 en el Mercedes-Benz Stadium de Atlanta para avanzar a los cuartos de final del campeonato. ‘Las Garzas’ no tuvieron oportunidad frente al campeón de Europa. La diferencia de poderes fue notoria, sobre todo en el primer tiempo, que concluyó con el resultado final. Después el equipo enmendó un poco su reputación, pero el daño ya estaba hecho. La remontada era imposible.

Javier Mascherano, entrenador de Inter Miami, asumió la derrota con un dejo de resignación, sabedor del diferencial de niveles. Sin tapujos. Sin excusas. “Se vio la diferencia entre los dos equipos, pero estoy muy orgulloso de mis jugadores. Más allá de la diferencia, hemos tratado de mostrar lo que podíamos hacer. La diferencia es la que es”, aseguró en flash interview con DAZN, segundos después del silbatazo final. Ahondó sobre la idea en la rueda de prensa posterior: “Hay diferencia, claramente. No sé de cuántos goles. No soy yo quien lo tiene que decir; pero en el juego, sí, de jerarquías. Son candidatos al título".

Pese a la goleada en contra, Mascherano encuentra brotes verdes en su planteamiento. “En general, el equipo estuvo ordenado, junto, que es algo que buscamos. El plan de partido era encontrar a Leo (Messi), que acelere. En el segundo tiempo se notó un poco. Pero si en una final de Champions no tuvieron rival, es difícil", analizó el exdefensa, en referencia al 5-0 que el PSG endosó al Inter de Milán para ganar su primer título de la UCL el pasado 31 de mayo. “Era importante para nosotros mostrar una buena imagen y creo que lo hicieron muy bien en el segundo tiempo. Tratamos de hacer lo mejor. Esa es la forma en la que queremos jugar y vivir”, añadió el técnico argentino.

Mascherano desveló que planteó un partido principalmente defensivo para anular las virtudes técnicas y ofensivas del PSG y, a partir de cerrar espacios, solventar el juego con segundas oportunidades y balones parados. ‘El Jefecito’ sabía que iba a tener que conceder una faceta, el juego por los costados, para privilegiar otra: bloques pegados en el área. No resultó. “Intentamos cerrar por dentro. Cuando te encuentras con un equipo como este, que tiene muchas herramientas para atacar, tienes que priorizar cosas. No se puede abarcar todo el campo, es imposible. Intentamos cerrar por dentro y darles las bandas, sabiendo que había un riesgo, pero que hacer algo. Claramente nos han generando peligro, porque tienen jerarquía y desequilibrio individual. La idea era esa. Sabíamos que íbamos a sufrir. El gol que nos hacen temprano, que sabíamos que bloqueaban en el segundo palo y lo entrenamos... uno se queda con un sabor amargo“, lamentó.

En la misma idea, Mascherano defendió su estrategia ante las preguntas de los periodistas en Mercedes-Benz Stadium: “¿Y qué más podíamos hacer? Hay dos tipos de fútbol: uno el de la vida real y otro el de Internet. Con el diario del lunes, todos saben cómo jugar. Claramente planeamos un partido defensivo, cerrar por dentro, no podíamos meter ocho o nueve jugadores en nuestra área, porque eso tampoco te va a garantizar ganar. Tratamos, dentro de estas características, hacer el mejor partido posible (...) Intentamos hacer un partido lento, que no nos marquen goles temprano. No funcionó. Después del segundo gol, el equipo se vino abajo. La idea era tratar de estar en el partido el mayor tiempo posible, porque quizá en una pelota parada podíamos dar la sorpresa. El equipo dio todo lo mejor, no sólo hoy, sino en todos los partidos que jugó en el Mundial de Clubes“, desarrolló el exjugador del Barcelona, donde estuvo bajo el mando, precisamente, de Luis Enrique, su rival de esta tarde en Atlanta.

“La gente sigue pagando una entrada para ver a Messi”

Mascherano también evaluó el desempeño de Messi en su último partido en el Mundial de Clubes, del que se despidió con un gol, y achacó a su presencia la gran asistencia para el duelo en Atlanta: “Leo ha hecho un gran partido, dentro de las posibilidades que teníamos, sobre todo en el segundo tiempo, cuando lo encontramos mucho más. No por él, sino porque era difícil ante la presión del París. Hemos visto lo mejor de él entonces. Creo que, a día de hoy, con 38 años, la gente sigue pagando una entrada para verlo a él. Esa es la grandeza y el legado que nos deja a todos”.

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