Gilberto ‘El Quintano’ Cruz jugó para Morelia a finales de los 70 e inicios de los 80. Después de retirarse y trabajar en el poder judicial, se mudó a Tennessee. El lunes, su familia reportó su deceso.

La increíble historia del futbolista que ascendió al Morelia y emigró sin papeles a Estados Unidos

En su prime, Alberto ‘El Quintano’ Cruz despuntaba como defensa en el Atlético Morelia de los 80. Picó piedra desde el inframundo del fútbol mexicano hasta la Primera División. Desde el llano hasta marcar, con éxito (a veces, dijo) a Cabinho, el máximo goleador en la historia de la Liga MX. Porque no siempre era posible. Pero hizo lo que pudo. Siempre. En la cancha y fuera de ella. En el campo y los juzgados. En su taller. Con la pelota y con los cables. En Morelia y Nashville. Con los pesos y los dólares. Cerca y lejos del hogar que tanto añoró hasta el último de sus días.
‘El Quintano’ tenía 18 años cuando, tras probar suerte con la reserva del Atlético Morelia, se matriculó en la Unviersidad Michoacana, donde conjugó sus estudios en administración con el fútbol de Tercera División. Un año después, accedió, ahora sí, a las filas de los purépechas; disputó tres temporadas en la Segunda División hasta que llegó la oportunidad del ascenso. 1980. El rival, el Tapatío. El marcador global otorgó el boleto para el máximo circuito a ‘Los Canarios’. Fue, para ‘El Quintano’, “una experiencia inolvidable”. Uno de los mejores días de su vida.
Durante tres años, Cruz fue el lateral izquierdo titular del Atlético Morelia en la Primera División Mexicana. Enfrentó a gigantes como Cabinho (entonces, ariete del Atlante), Gerónimo Barbadillo (leyenda de los Tigres) y Grzegorz Lato (histórico delantero polaco, máximo goleador del Mundial de 1974). En el curso 82-83, Morelia evitó el descenso en un playoff ante el Zacatepec, pero el daño estaba hecho. ‘El Quintano’ se despidió del club de su vida; Atlético Potosino y Tecos se interesaron por sus servicios, pero prefirió emigrar, por vez primera, a Chicago, para enrolarse con el Sting de la NASL. Sin demasiado éxito, volvió poco después a México; el Irapuato lo repatrió. Una dura lesión en el muslo derecho lo inhabilitó antes de disputar la Liguilla de la Segunda División en 1985. No pudo recuperarse completamente. Fue entonces cuando ‘El Quintano’ colgó las botas.
Vuela alto 'El Quintano'. ¡Descanse en paz! 🙌
— Club Atlético Morelia (@C_A_Morelia)
El duro retiro
Los estudios universitarios le valieron a Cruz para continuar su vida con solvencia más allá de las canchas. Trabajó como financiero para el gobierno de Michoacán (en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes) y, después, en el Poder Judicial de la Federación, hasta que una serie de recortes durante el sexenio presidencial de Vicente Fox le orilló a tomar una decisión sin retorno. En 2002, Cruz y su familia entraron, con visado de turista, a Estados Unidos en busca de una nueva vida. Primero, se asentaron en Chicago; luego, en Nashville. Su primer empleo fue en una empresa de cromado de metales; después, en una llantera. Encontró la estabilidad como reparador de dispositivos móviles: celulares, tabletas. Nunca pudo regresar a México.

‘El Quintano’ falleció en Tennessee durante el primer fin de semana de junio de 2025. Tenía 66 años. Poco antes, aún disfrutaba de su antigua pasión: dirigía equipos de fútbol comunitarios en Nashville y no se perdía ningún partido de la Selección Mexicana de Fútbol. El Morelia recordó su legado en redes sociales y los aficionados que lo vieron jugar lo reverenciaron. “No me puedo quejar. Al mal tiempo, buena cara“, dijo lacónico a AS en 2019. Siempre extrañó a su país, aunque encontró en el fútbol una forma de mantenerlo cercano; al menos, en el corazón. Sus recuerdos en la cancha siempre le llenaron de orgullo. Hasta el último de sus días.
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