Jasson Domínguez y Devin Williams lucen sus rostros con Yankees sin afeitar

Hoy al mediodía en la Liga de la Toronja, el sol de la Florida bañó un momento histórico para los New York Yankees. No fue una victoria, ni un debut de ensueño, ni siquiera un batazo monumental, que también los hubo. Fue algo más sutil, pero cargado de simbolismo: Jasson Domínguez, una de las joyas del sistema de granjas del equipo, pisó el campo con vello facial. Poco después, el relevista estrella Devin Williams también hizo su presentación con una ligera barba. Por primera vez en décadas, el uniforme a rayas no estaba acompañado de rostros pulcramente afeitados.

Este hecho no es una relajación temporal de las normas, sino una decisión oficial del equipo. El 21 de febrero de 2025, los Yankees anunciaron que los jugadores y el personal uniformado podrán usar “barbas bien cuidadas”, poniendo fin a una política de casi 50 años que exigía rostros completamente afeitados.

La estrella del futuro con barba del presente

Jasson Domínguez no es un prospecto común. Desde que los Yankees lo firmaron en 2019 por 5.1 millones de dólares, la prensa lo bautizó como El Marciano debido a su talento sobrenatural. A sus 21 años, el dominicano ya ha mostrado destellos de su grandeza en Grandes Ligas, dejando una grata impresión en su breve paso por el equipo en 2023 antes de sufrir una lesión en el codo.

Este martes, Domínguez inició el encuentro como jardinero izquierdo y se fue de 4-2. Pero lo que capturó las miradas además de su su swing, fue su naciente barba. En la parte alta del sexto inning, el dominicano demostró por qué es una de las mayores promesas de la organización, al conectar un home run solitario. Un detalle menor para muchos, pero un mensaje claro: las nuevas generaciones de Yankees podrían estar dejando atrás algunas reglas de la vieja escuela.

Un as del bullpen con personalidad propia

Si Domínguez representa el futuro, Devin Williams es el presente. El relevista, dos veces All-Star y ganador del premio al Novato del Año en 2020, llegó esta temporada a los Yankees para reforzar un bullpen que busca recuperar la solidez que lo caracterizó en el pasado.

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Williams hizo su debut en el Spring Training con una entrada limpia en el cuarto inning, permitiendo un hit y ponchando a un rival. Pero al igual que Domínguez, lo que llamó la atención fue su rostro. Su barba bien recortada desafiaba la tradición que alguna vez habría sido motivo de una charla con el dueño del equipo.

Desde su llegada al Bronx, Williams se comportó como uno de los peloteros que públicamente más desaprobaban la regla impuesta por George Steinbrenner.

El que Domínguez y Williams hayan jugado con vello facial no es una casualidad ni una omisión. Es la señal clara de que los Yankees han modernizado su imagen y han dejado atrás una de sus reglas más estrictas.

Incluso Geoff Hartlieb, un relevista con pocas probabilidades de integrar el roster final, lució algo de vello facial en su presentación. Lo que alguna vez habría sido impensado ahora se observa con naturalidad.

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George Steinbrenner, un hombre conocido por su disciplina casi militar en la administración de los Yankees, probablemente no estaría complacido con este cambio. Pero el beisbol cambia, y los Yankees, tarde o temprano, también debían hacerlo. Quizá esta generación no solo traiga un título de Serie Mundial de regreso al Bronx, sino también el fin de una tradición que ya parecía anacrónica.

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