Los Mavericks estaban por debajo del 50% de victorias por primera vez desde el 11 de noviembre, habían perdido cinco seguidos en casa (lo nunca visto desde la temporada 1999-2000) y acumulaban siete derrotas en ocho partidos. Necesitaban ganar, como fuera y más ante los Blazers, que les habían superado en la carrera por los playoffs del Oeste. El triunfo valió por dos, o como mínimo por uno y medio: prórroga, , que se llevan también el duelo particular (2-0 con solo uno más por jugar) ante posibles empates. Ahora lo rozan: . Y, máxima presión, 35-35 los Rockets, 33-36 los Jazz…
Sin Parsons, con Pachulia solo cuatro minutos en pista y Matthews teniendo que retirarse al vestuario para luego volver, los Mavericks dieron un recital de supervivencia y de maximización de su capacidad. Con Rick Carlisle sacando chispas de cada activo a su disposición, aparecieron los dos mejores: un Deron Williams que pareció Deron Williams (31 puntos, 16 asistencias, 4/6 en triples) y pesó más en el partido que Lillard; Y un Dirk Nowitzki soberbio, casi emocionante: 16/26 en tiros para 40 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias.
En la prórroga, en la que los Blazers estuvieron siete ataques sin sumar, decidieron un triple de Deron y dos (ocho puntos seguidos) de Nowitzki. El alemán se convirtió en el jugador más veterano en llegar a 40 puntos desde Karl Malone en noviembre de 2003, y en el cuarto que, en los últimos 50 años, ha llegado a esa cifra con al menos 37 años. Los otros: Michael Jordan, Kareem Abdul-Jabbar y Malone. Acaba de convertirse, recuerdo, en el tercer jugador que más puntos ha metido con la misma camiseta por detrás de Malone y Kobe Bryant. Y por delante de Jordan...
Junto a los veteranos y con un 5/7 en triples de Matthews que llegó a ser 5/5, Carlisle exprimió la locura híper energética que imprime Salah Mejri a cada minuto que pasa en pista. Highiligth o drama, cada vez que le ronda la jugada da la sensación de que va a suceder algo, y esta vez fue casi todo bueno. En el hueco de Pachulia, 13 puntos, 14 rebotes y 6 tapones. Antes de la prórroga falló dos tiros libres con 113-113 y 13 segundos por jugar. Como luego Lillard falló el hipotético triple de la victoria, el ex del Real Madrid no tuvo que acordarse de ellos.
Lillard terminó con 26 puntos en 26 tiros (8/26), 8 asistencias y 5 pérdidas. Por debajo de lo que necesitaba su equipo, demasiado racheado y demasiado fiado del triple (racheado también). Con seis casi seguidos y la aparición de Crabbe (24 puntos) y McCollum (22, 17 en la segunda parte), los de Stotts conviertieron un 83-71 en un 96-96. Después nadie supo ganar y, finalmente, en la prórroga emergieron dos veteranos con el colmillo retorcido. Un Deron en el que (como en tantos otros) la unión con Carlisle obra maravillas y sobre un Nowitzki eterno, único, emocionante. Uno de los grandes historia, todavía ganando partidos y todavía acercando a su equipo a los playoffs. Con 37 años. Un genio.
