Amorrortu cierra una etapa de claros y sombras en el Athletic
Su gestión en la parcela deportiva ha generado controversia. En los seis meses que convivirá con la nueva directiva tendrá muy poca capacidad de decisión.


La salida de Urrutia de Ibaigane implica también el final de la etapa de José Mari Amorrortu como director deportivo. Acaba contrato en junio y también se marcha, aunque con la nueva junta, desde enero, tendrá de nuevo (como años atrás) un papel muy poco relevante. "A los que lleguen les dará su punto de vista y les informará de lo que necesiten", afirmó el presidente saliente.
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De esta forma, se pone fin a una etapa en la parcela deportiva en la que ha habido muchas sombras y algún claro. Amorrortu perdió el poder en Lezama y en la última renovación de Valverde éste exigió que se le restituyera la capacidad de mando, una vez que se marchó Larrazabal. La recuperó y trató de que no interfiriera en el día a día su mala relación con Ziganda. De hecho, había sido el promotor de poner en el banquillo a Berizzo ya antes, pero Urrutia hizo valer su palabra con el Cuco. La forma de llevar la cantera, con algún caso muy al límite de saltarse la filosofía y su giro hacia el músculo en detrimento del talento, también ha generado mucha controversia en un puesto que tradicionalmente suele adquirir tintes polémicos.
Aunque se han convocado elecciones, el día a día en el plano deportivo no cesa. Acaban contrato Rico, Aduriz, Iturraspe, Balenziaga y Muniain, entre otros. "En base a las opiniones de los técnicos abriremos las negociaciones con quien se considere oportuno", esgrimió Urrutia. No avanzó nada sobre las conversaciones con el punta de La Txantrea y apuntó que no hay novedades con Remiro, apartado por no querer firmar la propuesta que se le ha planteado.