BARCELONA

Pedri, Riqui y Trincao, las alegrías de un Barça nostálgico

El canario, creativo pero aún intermitente. Sólo son 17 años. La alegría del de Matadepera, lo mejor del Barça ante el Nàstic. El portugués es atrevido y tiene un físico potente.

Pedri, Riqui y Trincao, las alegrías de un Barça nostálgico
Juan Jiménez
Redactor jefe de AS. Fue colaborador en AS (2000-04) y, después de pasar por Málaga Hoy, regresó como jefe de Sección en Málaga. Delegado de Andalucía entre 2009 y 2012, colaboró en la integración digital-papel de AS en Madrid. Cubre la información del Barça y la Selección de baloncesto. Tres Juegos Olímpicos. Colaborador de SER, Canal Sur y Gol.
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Los más atrevidos recordaron este sábado los inicios de Andrés Iniesta cuando vieron jugar a Riqui Puig ante el Nàstic en el Estadi Johan Cruyff. Al gran Andrés, Rijkaard, lastrado por las lesiones de ligamento cruzado de Xavi y Edmilson, le colocó de cuatro. Iniesta, que apenas era un crío respondió, con un partido recordado en Lisboa ante el Benfica en la ida de los cuartos de final de la Champions.

El nuevo sistema de Koeman, 4-2-3-1, no parecía beneficiar a un futbolista con perfil de interior. Y sin embargo Riqui desmintió la teoría. Colocado a la derecha de De Jong como doble pivote, tuvo dinamismo, quiso el balón y se atrevió a hacer cosas. Le puso pasión y frescura, una necesidad en un equipo plano y algo melancólico, atrapado en esa decadencia que terminó de manifestarse en Liverpool y en Lisboa. Riqui, en definitiva, mandó un mensaje a Koeman. Más allá de que se pueda discutir sobre su físico, liviano, tiene fútbol y alma para jugar en el equipo de su vida.

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El Barça no está para risas, pero sí para chicos que empiecen a darle alegría. Riqui fue el mejor contra el Nàstic, pero Pedri también dejó sus detalles. Koeman tuvo un buen gesto con él, dándole el puesto de mediapunta al lado de Messi. Luego, el canario se tuvo que adaptar a los movimientos del argentino. Algo intermitente aún, y con margen de mejora en la toma de decisiones, gustó su atrevimiento, su descaro y su intución. "He visto muchos partidos del Barça, sabía que alguien aparecería desde la segunda línea", explicó sobre su gesto dejando pasar el balón entre sus piernas. Pedri tiene 17 años. No impresionarse ante tanto gigante ya es un logro.

Trincao no ha cumplido 21 aún y también tiene hambre. Es algo más que un extremo porque tiene presencia física. Koeman lo escoró a la derecha, su posición preferida, pero la que tiene reservada para Messi. Eso sí, el portugués no se va a cortar. "Voy a ser yo", dijo. Lo mismo se le ha escuchado a Pedri y lo mismo ha hecho en el campo Riqui. Un soplo de personalidad joven y fresca en este viejo Barça.

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