Barcelona 92: Martín López Zubero sacó oro del agua
El español de Jacksonville, primer nadador en alcanzar el título. José María Colorado perdió la plata por fallar un disparo en tiro.


No se habían cumplido 24 horas de la primera medalla de oro española cuando llegó la segunda. Si José Manuel Moreno la consiguió sobre la bicicleta, Martín López Zubero la conquistó en la piscina. El español nacido en Jacksonville (Estados Unidos) siguió y mejoró la estela de su hermano David, que fue bronce en 100 metros mariposa en los Juegos de Moscú 1980.
Martín era el que tenía la mejor marca en los 200 espalda, pero, como él declaró al final, “una cosa es ser el favorito en una competición y otra acabar ganando”. Y ganó. Fiel a su estilo de competir, nadó de menos a más (era tercero a mitad de la prueba), pero finalmente remontó de forma maravillosa, se puso en cabeza a falta de 40 metros y se llevó el oro en las piscinas Bernard Picornell.
Era el primer oro de un nadador español, inmortalizado en vídeo desde la grada por su padre, el doctor José Luis López Zubero, y disfrutado por su hermano David, que era su entrenador y con el que se había recluído casi a solas en las últimas semanas preparando la competición. De hecho, llegó a Barcelona días después que los demás deportistas.
Martín batió el récord olímpico (1:58.47) y precedió al ruso Vladimir Selkov (1:58.87) y al italiano Stefano Batistelli (1:59.40). Era la primera vez que se conseguía una medalla de oro en natación y, también, la primera que España lograba dos medallas en unos mismos Juegos Olímpicos. Este dato iba a dejar de ser noticia rápidamente.
También rozó la medalla el gaditano de 36 años José María Colorado, trabajador de Telefónica, que era segundo a falta de la tirada final, con 199 aciertos de 200 disparos al plato, sólo por detrás de la china Shan Zhang, que hizo un pleno, y por delante de otros tres deportistas, con 198 disparos afortunados.
Pero al día siguiente, en la final de 25 tiros, un fallo en el primero de ellos hizo retroceder al español de esa segunda plaza a la quinta. Un diploma que supo a poco, porque tenía las manos casi llenas de plata. Un año antes le habían retirado la beca ADO.
En vela el viento permitió que se celebrase la primera regata, suspendida el día anterior por una pertinaz encalmada que dejó en puerto a todos los barcos. Y ya se vislumbraba lo que iba a ser una de las grandes proezas de los Juegos, dentro del éxito general. Vencieron en esa competición inicial Jordi Calafat y Francisco Fernández en 470 y Luis Doreste y Domingo Manrique en Flying Dutchman, y fue segundo en Finn José María van der Ploeg, tras el brasileño Bergman. Los tres barcos españoles iban a llevarse las medallas de oro al final.

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Dos declaraciones de dos estadounidenses llamaron especialmente la atención. Scottie Pippen afirmó que el croata Kukoc “no vale para los Chicago Bulls”, en los que triunfó dos años después, coincidiendo en el equipo con Michael Jordan. Y otra de Carl Lewis: “Puedo ganar el oro en longitud, porque estoy en la mejor forma de mi vida. Creo que llegaré a 9,20 metros y voy a vencer a Mike Powell”. Su compatriota le había batido el año anterior en los Mundiales de Tokio, en los que batió el récord mundial con 8,95 metros. El Hijo del Viento iba a cumplir su palabra a medias: venció a Powell, pero se llevó el título con sólo 8,67.
El medallero al término de la jornada del 28 de julio lo dominaba el Equipo Unificado (ex Repúblicas soviéticas), con siete oros y tres platas, seguido por China (5-6-1) y Estados Unidos (3-3-6). España subió hasta la sexta plaza, gracias a los oros de José Manuel Moreno y de Martín López Zubero. Y lo que faltaba por llegar.