OPINIÓN

Mil gracias reina de las cumbres

Edurne Pasaban no solo pasará a la historia por ser la primera mujer en hacer cima en los 14 ochomiles del planeta. Es leyenda por su increíble dimensión como persona.

Alfonso Herrán
Coordinador en la delegación de País Vasco de Diario AS desde 2017. En 2008 entró en Diario iccwin247.como redactor de polideportivo y desde entonces es su casa. Le gusta tocar todos los palos, pero ahora está más centrado en realizar las crónicas del Athletic y el Bilbao Basket. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto.
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Ahí arriba, a más de ocho mil metros de altura, uno debe de sentirse plenamente realizado. Cerca de las estrellas, con el mundo a tus pies, la existencia cobra una nueva dimensión. Edurne Pasaban no solo pasará a la historia por ser la primera mujer en hacer cima en los 14 ochomiles del planeta. La 'reina de las cumbres' es leyenda también por su increíble dimensión como persona. Desde que completó la gesta en mayo de 2010, comparte sus emociones en conferencias y charlas sobre su experiencia, exhibiendo su piel curtida en la montaña, en esa relación de amor y respeto hacia los macizos más imponentes de la Tierra, con decenas de desventuras en el Himalaya, incluidas situaciones en las que la tolerancia al dolor se elevó a la altura de la lejana cumbre. Por todo ello, gracias, Edurne.

Y gracias por no quedarte a vivir del récord, de un número y una fecha para la historia. Por implicarte en iniciativas relacionadas con tu pasión. Y en otras ajenas a la misma. Por ejemplo, defender el papel de la mujer, muchas veces tan lejos del foco. A partir de tu 'alter ego', de la montaña, que no entiende de mujeres y hombres, tratas de hacer entender que la sociedad debe funcionar en términos de igualdad. Te tocó hacer las paces con Juanito Oiarzabal y no fallaste. Hasta confesaste haber visto de cerca la muerte por una depresión en 2006. Los paseos por las cimas te arrebataron la juventud de cualquier otra chavala de Tolosa. Pero querías llevar una vida de mujer y madre, y pudiste subirte a tiempo al tren de una ciudadana corriente. Ha sido tarde pero ya estás ahí, con Max, el amor que salió de tus entrañas.

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