Cada partido tiene su foto. La de este España-Portugal fue que lo siguiente que pasó a que Luis Enrique sustituyese a Gavi, fue un gol del rival. Despedido el de Los Palacios con una ovación atronadora, el equipo se quedó en trance y Horta empató. Una pena, porque la Selección había masticado bien el partido y en la segunda parte hasta lo dominó con cierta comodidad. Pero perdió la atención un momento y eso se castiga. De una cosa sí puede estar contento Luis Enrique. La Selección sabe a lo que juega y por ahí ya se va a algún sitio. Eso sí, conviene andar con cuidado con las faltas de atención. La del 1-1 penalizó mucho a un equipo que había sido mejor. Debe formar parte del aprendizaje.
Hubo cosas buenas de España. Su plan de juego. Su portero Unai Simón, que hizo alguna parada de mucho mérito. Busquets, que sigue firme en su condición de metrónomo del equipo. Y Morata, gol 26 con la Selección que le iguala a Butragueño. Morata no falla. Pero sobre todos los nombres se elevó Gavi, que había terminado la temporada algo perdido en el Barça con Xavi. Luis Enrique le ha vuelto a dar brújula y es un jugador con una tremenda energía que además sabe mezclar con disciplina de equipo. Seguramente, podría hacer más cosas, pero tiene 17 años más humildes que pretenciosos. Inició la jugada del 1-0 y dejó luego solos a Soler y Morata, que no cerraron el partido. Gavi le pone picante del bueno a la Selección.